Poema para un asmático

De: David Vegue

Antes de entregar su libro a imprenta
Lezama Lima pedirá a Cortázar
sus ojos y su boca
acaso una opinión,
el primer animal visible de lo invisible
que es la luz,
y su mano que no es de este mundo
sobre las páginas y su don.
Cortázar aceptará. Días
más tarde, rodeado de horas
preguntará al autor
sobre el peculiar uso
-sombras, danza, dirá-
que hace de las comas.
Lezama Lima saciará su hermosura.
Soy asmático. Pongo las comas
según el ritmo

implacable
de toda
mi respiración,
para que yo pueda leer

lo que escribo sin ahogarme.

Que sea igual con la ciudad, con el amor.

3 comentarios:

Andrés Catalán dijo...

Anécdota literaria, ciudades y cuerpos. Mi combinación fetiche.

(Buen poema)

Saludos.

Lola Crespo dijo...

Llego a esta entrada años después de ser publicada, con el propio pulso de mi respiración. me ha encantado. ¿De quién es, por favor?

Un abrazo,
Lola

Lola Crespo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.