De: Ane González Ruiz de Larramendi
La vegetariana amateur
no irá al cielo
pues... por la mañana
abrió la nevera
y se comió el pato.
Y su villanía llego
a un punto tan alarmante
que en vez de arrepentirse
esperó
a otro comensal
sonriendo canalla
al compartir crímenes
contando con el silencio cómplice
de la mesa.
1 comentario:
Esto es una joya única dentro del género de la poesía de transgresión vegetariana.
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