Poema para el que disfruta del viaje en tren sin importarle el destino

Es que me gustan los profesores
qué quieres que te diga
me gustan los hombres magos que me enseñan
de qué va el mundo y me sorprenden
con verdades de perogrullo.
"Pero todo el mundo acaba aprendiendo"
me dice mi amigo tonto
Pero no es el qué, es el cómo.
Yo no quiero que aprendan.
Yo quiero un novio ilustre que venga
ya sabido, que abra la mano y diga: Voilà!
Y aparezcan cinco dedos.

1 comentario:

V dijo...

"yo quiero"... Empezamos mal, no es querer a quien deseamos encontrar, es simplemente aceptar al ser en su totalidad. Lo demás son solo ideas tuyas.

¡Me gusta tu poema: idílico!