Poema para Jaime Gil de Biedma

De: Luis Llorente Benito

Qué quiso decir con Las personas del verbo.
Cernuda escribió
por quietas amistades de sillón y de gesto
y Gil de Biedma
lo leyó desde sus Moralidades
y lo interpretó a su manera.
El whisky, la noche, la soledad
de un hombre ciertamente Inteligente
capitán de su generación sin ser capitán
en Barcelona. Gil de Biedma
y una noche triste de octubre, 1959.
Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.

Definitivamente
parece confirmarse
que media España de poetas
ha bebido su licor
y ha vomitado las mismas cicatrices
y los mismos latidos de fatiga anticipada
porque los más vagos son mejores que Kavafis.
Ya no quiero el sol
ni mirar margaritas pudriéndose
ni besos encallados en el miedo de un rincón.
Ahora el día nos trae una pregunta
y empieza una sonata redentoria
porque todavía debo quitar rosas en el poema.

La belleza de las calles frías
y el olor a muerte borrada
y a pan de ángel
ebrio de vuelos altos
y aterrizajes forzosos y forzados
contra la ciudad indolente y hermosamente sucia,
y gris como una gota de esperanza
que se abre en dos mitades de repente.
Las tiendas, las papeleras, los bancos, las ventanas, los cigarros aplastados,
los parques, el hospital, el cementerio,
las iglesias y los restos de la lluvia reptando en la fachada
de un inmenso edificio de oficinas
y la vida al fondo como un simpático compás
anunciando el clamor de la victoria o la derrota
porque al fin y al cabo da lo mismo.

Mirad los tiernos nudos de los árboles
exhalarse visibles en la luz
recién inaugurada.


La ciudad late
y yo escribo este poema
contra Jaime Gil de Biedma y sus sombras profanadas.

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