Poema para el soldado derrotado

Acertamos al dejarnos caer
en la hierba aún húmeda.
El fusil rodó por la cuesta.
Hacia arriba los aviones pasaban
y las nubes eran unicornios y
Carlo Gervasoni Vila
decía que, como en toda batalla
pírrica, la única victoria había
sido la belleza de la derrota.

No hay comentarios: