Poema para el erudito en Pizarnik

En ese momento no lo sospechábamos,
pero nos queríamos tanto, tanto
en la desnudez de querer,
cuando tú -acaparador como un trópico-
tomabas mi mano con tu pluma dibujándole formas
romboidales o inventándole lunares
sólo para que me acordara de ti al mirar la hora
y yo me iba a casa con mi mano dibujada y
un poco de blues en el alma.

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